top of page

Análisis técnico: Efectos de la luz artificial en el cultivo de hongos gourmet y medicinales

  • Foto del escritor:  Alejandro Navarrete-Galllegos
    Alejandro Navarrete-Galllegos
  • 21 may
  • 20 Min. de lectura

-------


Efecto de la luz artificial en el cultivo de hongos comestibles: sistema de iluminación LED en ambiente controlado”
Cultivo de hongos bajo luz artificial LED en condiciones controladas

Introducción: Consideraciones sobre el efecto de la luz artificial en el cultivo de hongos

La luz es un factor ambiental clave en la fructificación de muchos hongos, aunque estos organismos no realizan fotosíntesis. Los hongos poseen fotorreceptores que les permiten percibir señales luminosas y iversos estudios han analizado el efecto de la luz artificial en el cultivo de hongos, encontrando que.desencadenan respuestas de desarrollo, como la formación de primordios (pináculos) y el crecimiento normal de los cuerpos fructíferos (setas) En cultivos avanzados de hongos comestibles y medicinales –como Pleurotus spp. (setas ostra), Lentinula edodes (shiitake), Hericium erinaceus (melena de león), Ganoderma lucidum (reishi) y Cordyceps militaris– la gestión de la luz artificial puede optimizar la morfología, el rendimiento y la calidad bioactiva de las cosechas. A continuación, se detallan los tipos de luz utilizados, las intensidades y fotoperiodos recomendados para distintas especies y etapas, los efectos fisiológicos documentados y recomendaciones prácticas para cultivadores avanzados.

Tipos de Luz Artificial Utilizados

En el cultivo de hongos bajo luz artificial LED en condiciones controladas se emplean principalmente fuentes de luz artificial frías y eficientes. Lámparas fluorescentes (tubos o CFL) han sido tradicionalmente usadas por su espectro amplio y baja emisión de calor. Actualmente, luces LED se están imponiendo gracias a su eficiencia energética, larga vida útil y la posibilidad de ajustar el espectro emitido Las lámparas LED de espectro blanco frío (≥6000 K) proporcionan un contenido alto de luz azul, señal conocida por estimular la fructificación y el desarrollo morfológico en hongos. En cambio, fuentes incandescentes o halógenas no son recomendables, ya que emiten más calor y un espectro pobre en azules, pudiendo estresar a los hongos.

Para espectros de luz, estudios recientes resaltan que la luz azul (≈450 nm) es especialmente efectiva en muchos hongos: promueve primordios de mejor calidad y setas con píleos más desarrollados. La luz roja (>600 nm), por su parte, suele tener menos impacto positivo en la morfogénesis de basidiomas e incluso puede alargar los estipes o reducir el rendimiento en ciertas especies. En la práctica, la mayoría de cultivadores emplean luz blanca (natural o fría) que incluye tanto azules como rojos, garantizando así una señal luminosa equilibrada. Adicionalmente, algunos productores experimentan con combinaciones de LED de colores (p. ej., roja+azul o roja+verde) para maximizar parámetros específicos como el número de primordios o el contenido de metabolitos en hongos particulares. No obstante, para fines comerciales la luz blanca estándar es generalmente suficiente y más sencilla de implementar.

Intensidades Lumínicas Recomendadas

La intensidad lumínica se mide a menudo en lux para cultivos de hongos (iluminancia visible). En general, los hongos requieren intensidades relativamente bajas en comparación con plantas, pero existen rangos óptimos según la especie y la fase de cultivo. Diversos manuales técnicos sugieren como referencia una iluminación “lo bastante intensa para leer un texto” (aprox. 200–640 lux) durante varias horas al día para inducir fructificación en hongos lignícolas. A continuación, se resumen recomendaciones específicas:

  • Pleurotus spp. (setas ostra): Necesitan luz para formar primordios y desarrollar cuerpos fructíferos proporcionados. Se ha recomendado un mínimo de ~200 lux durante ~12 horas diarias en la fase de inducción de primordiosresearchgate.net. En la práctica, intensidades moderadas de 500–1000 lux aseguran un desarrollo óptimo de Pleurotus en fructificación. Intensidades por debajo de 100–200 lux producen setas con sombreros pequeños y estipes elongados (síntoma de falta de luz), mientras que iluminar en el rango de 500–1000 lux resulta en sombreros bien formados y de buen color (típicamente gris o marrón claro en P. ostreatus) (1). Valores superiores a ~1000 lux no suelen mejorar el rendimiento y podrían causar desecación superficial si no se mantiene la humedad, por lo que ~500 lux es a menudo suficiente para esta especie (1).

  • Lentinula edodes (shiitake): El shiitake fructifica en ambientes de bosque sombreado; por tanto, requiere luz moderada. Se recomienda alrededor de 500–1000 lux en fructificación, evitando exceder ~1500 lux para no decolorar ni agrietar el sombrero (2). Niveles de luz muy bajos (<300–500 lux) pueden causar píleos más claros y deformes en shiitake. Estudios recientes demuestran que enriquecer el espectro con luz azul puede acortar el tiempo hasta la cosecha y aumentar la producción; sin embargo, incluso con luz blanca estándar, intensidades en torno a 800–1000 lux con fotoperiodo diurno producen buenos resultados en shiitake (2). En síntesis, una iluminación difusa de 800±200 lux es apropiada para obtener setas shiitake de calidad, similar a la claridad bajo un bosque ralo.

  • Hericium erinaceus (melena de león): Este hongo forma carpóforos en forma de pompón con espinas. Sus requerimientos de luz son relativamente bajos. Muchos cultivadores emplean 300–800 lux durante la fructificación de H. erinaceus, con un óptimo alrededor de 500 lux por 12 horas diarias. Esta intensidad moderada permite la formación de las características espinas largas y blancas. Intensidades mayores pueden amarillear o secar las puntas de las espinas, por lo que se recomienda evitar luces muy intensas o directas (>1000 lux) en la zona de fructificación de Hericium (3). En condiciones de 500 lux, se obtienen cuerpos fructíferos blancos y bien desarrollados, según reportes de cultivo controlado (3).

  • Ganoderma lucidum (reishi o lingzhi): Presenta dos tipos de fructificaciones dependiendo de las condiciones: las formas ramificadas tipo “cuerno” (conocidas como astas o antlers) que ocurren en alta concentración de CO₂ y baja luz, y las típicas con sombrero plano brillante (conidos) que se forman con más luz y ventilación pubmed.ncbi.nlm.nih.govpubmed.ncbi.nlm.nih.gov. Para inducir primordios, se sugiere una luz de ~500–1000 lux inicialmente journalssystem.comjournalssystem.com. Durante el desarrollo de los cuerpos fructíferos con sombrero, distintas fuentes indican que intensidades elevadas (3000 hasta 15 000+ lux) favorecen la formación de píleos coloreados y la producción de esporas (4). En entornos semiexteriores o invernaderos se pueden alcanzar 10 000–50 000 lux de luz difusa, que G. lucidum tolera bien siempre que la humedad se mantenga alta journalssystem.com. En cultivo indoor, lograr varios miles de lux requiere iluminación intensa; muchos productores usan 1500–3000 lux de iluminación artificial como compromiso. Por otro lado, para producir deliberadamente las formas de asta (sin sombrero), se cultiva prácticamente a oscuras o <100 lux, lo cual genera esos cuerpos estériles alargados ricos en ciertos compuestos (5). En resumen, baja luz (<100 lux) promueve astas y luz moderada-alta (>1000 lux) promueve la formación de sombreros en reishi, según el objetivo de cultivo (5).

  • Cordyceps militaris: Este hongo entomopatógeno cultivado sobre sustratos enriquecidos necesita luz para desarrollar sus característicos estromas anaranjados. Se ha encontrado que intensidades relativamente bajas, en el orden de 100–500 lux, son suficientes para un buen desarrollo de C. militaris, aunque intensidades mayores pueden acelerar la fructificación. Un estudio mostró que ~130–160 lux con 12 horas diarias permitió un crecimiento vigoroso de los cuerpos fructíferos, con óptimos en torno a 150 lux en ciertos casos (6). Sin embargo, otro experimento optimizando LEDs reportó que 1000 lux produjo la aparición más rápida de primordios y el mayor biomasa de estromas, en comparación con intensidades menoresarcpe.modares.ac.irarcpe.modares.ac.ir. En la práctica, muchos cultivadores utilizan ~500 lux constantes o luz indirecta equivalente, lo cual asegura un color naranja intenso y buena producción de esporóforos (6). Dado que Cordyceps no requiere intensidades elevadas, se prioriza una iluminación homogénea sobre todas las unidades de cultivo para evitar áreas sombreadas que den lugar a estromas atrofiados o sin pigmento.

Nota: En todos los casos, es importante medir la intensidad a la altura de los hongos. Los valores recomendados (lux) son aproximados; variaciones dentro de ±20% usualmente no afectan de forma adversa, siempre y cuando haya luz suficiente para desencadenar la diferenciación. Además, algunos investigadores también expresan la luz en unidades de irradiancia (μmol/m²·s de fotones PAR), pero para cultivos de hongos la escala de lux es más común en guías prácticas (ya que responden a luz visible general y no realizan fotosíntesis).

Fotoperiodos Óptimos por Especie y Etapa

El fotoperiodo –la duración diaria de la iluminación– influye en los ciclos de desarrollo de los hongos. En términos generales, durante la fase de incubación del micelio (colonización del sustrato) la luz no es necesaria e incluso se prefiere oscuridad para un crecimiento más rápido y uniforme del micelio amycosphere.comlamycosphere.com. Una vez que el sustrato está totalmente colonizado y se desea inducir la fructificación, se introduce un régimen de luz/oscuridad que simula el día y la noche.

Por especie y etapa, los fotoperiodos típicos son:

  • Pleurotus spp.: Durante la incubación en bolsa o frascos se mantienen en oscuridad completa o luz muy tenue (ambiente) para evitar fructificación prematura. Tras la colonización completa, para inducir primordios se aplica un fotoperiodo de 12 horas luz / 12 horas oscuridad (12:12) a intensidades de al menos ~200 lux researchgate.net. Muchos cultivadores utilizan 12:12 o 16:8 (16 horas luz, 8 oscuridad) a ~500 lux en cuartos de fructificación de Pleurotus. Lo importante es proporcionar un claro ciclo diurno. Una vez formados los primordios, se continúa con 12–16 h de luz al día durante la fructificación hasta cosecha. Pleurotus no requiere periodos de oscuridad totales en fructificación: de hecho, se han reportado buenos resultados con luz continua 24h, aunque normalmente no se hace por eficiencia energética (7). En síntesis, un ciclo de medio día de luz y medio de oscuridad es óptimo para las setas ostra, garantizando desarrollo uniforme de los cuerpos fructíferos.

  • Lentinula edodes (shiitake): En la fase de incubación del bloque (posterior a la siembra) se mantiene en oscuridad. Sin embargo, durante el periodo de maduración del bloque (formación de la capa marrón exterior, llamada browning), una iluminación débil puede favorecer ese endurecimiento cortical (según experiencias, luz ambiental indirecta puede mejorar el “pop-corning” del shiitake) (2). Para inducción de primordios, tras el choque de frío o remojo que suele aplicarse, se pasa a un fotoperiodo de 8–12 horas de luz al día. Intensidades moderadas (~500–800 lux) durante 8–12 h facilitan tanto la formación de primordios como la pigmentación del sombrero en shiitake hongoscomestiblesymedicinales.com. Durante la fructificación hasta cosecha, se suele mantener 12 h de luz por día. Algunos productores emplean 12:12, otros 16:8; en general, L. edodes no necesita luz nocturna y respeta un ritmo día/noche similar al natural. Es importante notar que un exceso de horas luz con alta intensidad podría deshidratar los hongos; por ello, se recomienda mantener la noche artificial. Un esquema típico exitoso es 12 h luz (~800 lux) / 12 h oscuridad en fructificación de shiitake (2).

  • Hericium erinaceus: Durante la incubación del micelio (por ejemplo en bolsas de aserrín) se mantienen en oscuridad. Para inducir la formación de primordios (los “corales” iniciales blancos) se introduce una iluminación suave de 8–12 horas diarias una vez que el sustrato está colonizado. Un fotoperiodo común es 12:12 con ~500 lux para Hericium (3). Este hongo puede fructificar también con ciclos 8:16 (8 luz/16 oscuridad), pero la mayoría de cultivadores proporciona al menos medio día de luz. Durante la fructificación, se continúa con ~12 h de luz por día hasta la cosecha, vigilando que la intensidad no sea demasiado alta para evitar amarillamiento. A diferencia de otros, H. erinaceus no requiere oscuridad total en ninguna etapa salvo incubación, pero la luz discontinua (ciclo día/noche) parece dar mejores resultados que 24 h continuas. En resumen, 12 h de luz tenue al día es el régimen seguro para melena de león.

  • Ganoderma lucidum: La incubación del bagazo o tronco inoculado se realiza en oscuridad. Para desencadenar primordios, al terminar la incubación se abre el ambiente (destapando bolsas, bajando CO₂) y se introduce luz en un fotoperiodo de 12 horas luz / 12 oscuridad típicamentepmc.ncbi.nlm.nih.govjournalssystem.com. G. lucidum puede responder también a luz continua, pero en cultivo comercial se suele simular el día y noche. Interesantemente, el fotoperiodo puede direccionar la forma del fruto: algunos cultivadores de reishi “corniforme” mantienen la oscuridad casi completa todo el tiempo, obteniendo esas astas largas. Por el contrario, para obtener las formas con sombrero, se asegura luz diaria (ej. 12 h) durante la etapa de desarrollo de los cuerpos fructíferos (4). Un régimen común es 12:12 con intensidades crecientes (p. ej., 12 h/día a 1000–2000 lux). Estudios reportan que incluso con luz continua se logran fructificaciones, pero no hay una ventaja clara frente a ciclos 12:12, excepto quizás una pigmentación ligeramente más rápida (4). Por tanto, para reishi se recomienda mantener un fotoperiodo diurno estándar a partir de la inducción, ajustando la duración de luz a 12–16 h según la intensidad disponible y la respuesta observada.

  • Cordyceps militaris: En cultivo de Cordyceps, tras la incubación inicial en oscuridad, la exposición a la luz es crítica para que se formen y desarrollen los estromas anaranjados. Muchos protocolos emplean un fotoperiodo continuo (24 h de luz) durante la fructificación de C. militaris, ya que este hongo tolera y aprovecha la iluminación constante sin requerir fase oscurapmc.ncbi.nlm.nih.gov. De hecho, estudios han demostrado que bajo luz continua blanca se forman abundantes cuerpos fructíferos, mientras que en oscuridad casi no produce estromaspmc.ncbi.nlm.nih.govpmc.ncbi.nlm.nih.gov. No obstante, desde el punto de vista práctico y de eficiencia, es común usar ciclos 16:8 o 12:12 una vez iniciada la fructificación, logrando también buenos rendimientos (6). Un estudio específico indicó que un fotoperiodo fraccionado de 1 hora luz / 1 hora oscuridad (equivalente a 12 h totales de luz al día) fue óptimo para Cordyceps, combinando rendimiento y ahorro energético (6). En resumen, C. militaris fructificará correctamente con al menos ~12 horas de luz al día, pudiendo incluso mantenerse con luz permanente. Cada cultivador puede elegir el esquema según su conveniencia: luz continua maximiza la exposición lumínica, mientras que un ciclo 12:12 reduce costos sin afectar significativamente la producción.

Efectos Fisiológicos de la Luz

La iluminación artificial adecuada impacta múltiples aspectos fisiológicos de los hongos cultivados:

  • Inducción de fructificación: La luz actúa como disparador del desarrollo de primordios en la mayoría de especies. Sin luz, hongos como Pleurotus, Lentinula o Cordyceps rara vez forman cuerpos fructíferos normalespmc.ncbi.nlm.nih.govjournals.plos.org. La luz (especialmente en espectro azul) activa vías regulatorias conservadas que promueven la diferenciación de himenóforos y garantizan la viabilidad de las esporasresearchgate.netresearchgate.net. En términos moleculares, se han identificado fotorreceptores (como proteínas tipo white-collar, criptocromos y fitocromos fúngicos) y factores de transcripción sensibles a la luz que orquestan estos procesos en diversos hongos (7). Por ello, la presencia de un nivel mínimo de iluminación es esencial para “despertar” al hongo de su fase vegetativa hacia la fase reproductiva. Por ejemplo, shiitake y ostra en completa oscuridad pueden estancarse en micelio o formar estructuras abortivas. Un experimento con Cordyceps militaris mostró que en oscuridad continua casi no se producen estromas (menos de 2 g de frutos por frasco), mientras que bajo luz continua se obtuvieron ~9–10 g de frutos por frascopmc.ncbi.nlm.nih.govpmc.ncbi.nlm.nih.gov. En Ganoderma, la luz es necesaria para que los primordios aplanados se desarrollen en sombreros pigmentados; sin ella, solo crecen columnas blancas (astas). Así, la iluminación actúa como señal indispensable de inicio de fructificación en la mayoría de los hongos mencionados.

  • Crecimiento y morfología: La calidad y cantidad de luz moldean la forma de las setas. Con luz insuficiente, muchos hongos presentan fototropismo positivo, elongando sus estipes en busca de claridad. Esto se observa en Pleurotus spp., que desarrollan tallos largos y sombreros pequeños bajo poca luz (1). Hericium erinaceus en baja iluminación puede generar primordios deformes y racimos más densos de espinas cortas. Por el contrario, con iluminación adecuada, los cuerpos fructíferos tienen proporciones normales: estipes más cortos y sombreros bien expandidos en Pleurotus, o espinas más largas y uniformes en Hericium. La luz azul, en particular, tiende a producir setas de sombrero más grande y pie cortonature.comnature.com. Un estudio halló que iluminando Pleurotus ostreatus con LED azules se obtenían píleos significativamente más anchos, mientras que con luz roja predominaba el alargamiento del pie (8). Adicionalmente, la luz influye en la orientación de crecimiento: las setas suelen crecer hacia la fuente luminosa (vertical u horizontal según disposición), lo que es útil para guiar la formación de racimos ordenados. En Ganoderma lucidum, la presencia de luz determina la forma: con buena luz y ventilación forma un sombrero plano (forma conoidal), mientras que con poca luz crece vertical en forma de cuerno. Incluso el color y la textura de los carpóforos se ven afectados: Lentinula edodes desarrolla un sombrero más oscuro y bien formado con luz moderada, mientras que en sombra intensa los sombreros pueden salir más claros y débiles. En suma, la luz adecuada asegura morfologías deseables, evitando síntomas de etiolación fúngica (elongación exagerada, baja densidad de tejido, pigmentación pobre).

  • Rendimiento de cosecha: El efecto de la luz sobre el rendimiento (peso o número de setas) puede variar según la especie y las condiciones. En general, proporcionar luz en los niveles recomendados incrementa el rendimiento en comparación a mantener los cultivos en oscuridad. Por ejemplo, Cordyceps militaris prácticamente no produce cosecha utilizable sin luz, mientras que con iluminación alcanza su potencial productivo (6). En hongos como Pleurotus o Lentinula, una iluminación subóptima puede resultar en menor número de primordios viables o abortos, reduciendo la cosecha total. Estudios controlados han mostrado resultados mixtos al comparar diferentes colores de luz: en Pleurotus, algunos autores no hallaron diferencias significativas en la producción total entre iluminar con azul, rojo o blancomdpi.commdpi.com, mientras que otros reportaron que la luz azul incrementó el rendimiento de Pleurotus y Pleurotus eryngii frente a la roja (8). Por ejemplo, Roshita y Goh (2018) encontraron que la luz azul de 475 nm produjo la mayor biomasa de setas ostra, superando incluso a cultivos con luz blanca (8). En contraste, un estudio más reciente no observó cambio estadísticamente significativo en el peso total de P. ostreatus bajo distintas luces, aunque sí diferencias en número de fructificaciones y tamaño de sombreromdpi.commdpi.com. Estas discrepancias sugieren que la luz es necesaria para tener rendimiento, pero variaciones en espectro e intensidad por encima del umbral mínimo influyen más en la forma y calidad que en la cantidad. Lo consistente en todos los casos es que sin la estimulación lumínica, el rendimiento cae drásticamente (ya que pocos cuerpos fructifican). En Ganoderma, el rendimiento en forma de astas versus con sombrero difiere: las astas (cultivo con mínima luz) pueden tener crecimiento más rápido inicial, pero el peso final suele ser menor que el de conidios bien desarrollados (5). Por tanto, los productores ajustan la luz no solo para maximizar gramos producidos, sino también el tipo de producto deseado (setas de mejor apariencia, tamaño o concentración de compuestos).

  • Composición bioactiva y calidad nutricional: Uno de los aspectos más interesantes es cómo la luz modifica el contenido de compuestos en los hongos. Se ha comprobado que la iluminación puede aumentar ciertos nutrientes. En Pleurotus ostreatus, cultivar con ~200 lux resultó en setas con contenido significativamente más alto de riboflavina (vitamina B₂) en comparación a cultivadas con luz de menor intensidad journals.plos.orgjournals.plos.org. En el mismo estudio, la tiamina (B₁) también se redujo al bajar la intensidad lumínica journals.plos.org. Es decir, una buena iluminación favoreció la síntesis o retención de vitaminas B en las setas ostra (9). Por otro lado, se observó que la exposición limitada a la luz (oscuridad parcial) aumentó el contenido total de polifenoles en Pleurotus, compuestos antioxidantes cuya producción podría dispararse como respuesta de estrés lumínico bajo journals.plos.orgjournals.plos.org. Esto sugiere que diferentes regímenes de luz pueden redistribuir el metabolismo hacia distintos compuestos: más vitaminas bajo luz abundante, más antioxidantes fenólicos bajo luz escasa, por ejemplo. En Lentinula edodes, la luz también afecta metabolitos. Recientes investigaciones en shiitake encontraron que la luz azul no solo aceleró la fructificación sino que incrementó notablemente el contenido de ergotionina en los cuerpos fructíferos pmc.ncbi.nlm.nih.govpmc.ncbi.nlm.nih.gov. La ergotionina es un antioxidante de interés nutracéutico, y bajo LED azules la concentración en shiitake aumentó a 2.8 mg/g en ciertas cepas, frente a ~1.2 mg/g sin esa iluminación (9). Cordyceps militaris presenta otro ejemplo: la luz influye en la acumulación de pigmentos carotenoides (responsables del color naranja) y de compuestos bioactivos como la cordicepina. Un estudio de optimización mostró que distintos niveles de luz LED alteraban las concentraciones: la máxima cordicepina en C. militaris se obtuvo curiosamente a intensidad baja (100 lux), mientras que intensidades más altas favorecieron más adenosina y polisacáridos arcpe.modares.ac.irarcpe.modares.ac.ir. Así, un cultivador podría modular ligeramente la iluminación según el compuesto de interés –por ejemplo, si busca rendimiento máximo de biomasa y polisacáridos en Cordyceps, aplicar ~1000 lux; pero si prioriza cordicepina, tal vez una intensidad menor. En Ganoderma lucidum, las diferencias de forma inducidas por luz también conllevan diferencias químicas: los cuerpos de forma asta (cultivados con CO₂ alto y muy poca luz) han mostrado hasta el doble de concentración de fenoles, flavonoides y ácidos ganodéricos en comparación con los de sombrero normal pubmed.ncbi.nlm.nih.govpubmed.ncbi.nlm.nih.gov. Es decir, la ausencia de luz, combinada con estrés de CO₂, produce antleres con más compuestos bioactivos (posiblemente como mecanismo de defensa), aunque sacrificando el peso y la producción de esporas (5). Finalmente, cabe mencionar la vitamina D₂: los hongos contienen ergosterol que, con luz UV, se convierte en D₂. Si bien la luz artificial visible no genera esa conversión significativa durante el cultivo, algunos productores aplican pós-cosecha luz UV para enriquecer en vitamina D; esto es aparte del proceso productivo, pero relevante para la calidad nutritiva final. En síntesis, la luz no solo afecta cuánto crece un hongo, sino también qué compuestos sintetiza. Un manejo lumínico cuidadoso permite optimizar perfiles nutricionales: por ejemplo, usar LED azules en shiitake para aumentar antioxidantes (9), o escoger cierto fotoperiodo en Cordyceps para resaltar determinados metabolitos. Esta área de fotobiología aplicada está siendo activamente investigada dada la importancia comercial de los compuestos funcionales de estos hongos.

Consideraciones Prácticas y Recomendaciones para Productores

Para productores avanzados que buscan optimizar parámetros de cultivo, la gestión de la luz artificial ofrece un control fino sobre la fructificación. A continuación,A se brindan recomendaciones prácticas basadas en la literatura científica y en manuales técnicos:



  • Elección del sistema de iluminación: Se recomienda emplear iluminación LED de espectro amplio (blanco frío) para las salas de fructificación de hongos. Los LED son eficientes energéticamente y permiten distribuir luz uniforme sin generar calor excesivo. Un espectro blanco frío (5000–7000 K) contiene suficiente componente azul, beneficioso para la mayoría de las especies mencionadas lamycosphere.com. Las lámparas fluorescentes blancas pueden usarse de manera satisfactoria si ya se disponen de ellas, pero su consumo es mayor y deben reemplazarse con más frecuencia. Evitar luces incandescentes; su espectro carente de azules y su alto calor pueden perjudicar el cultivo. Se aconseja instalar los focos o tiras LED de manera que queden protegidos contra la humedad (por ejemplo, luminarias con recubrimiento plástico IP65), dado que las habitaciones de fructificación tienen alta humedad (>85%). Es útil colocar reflectores o pantallas blancas en las paredes para maximizar la difusión de la luz y aprovechar al máximo la emisión.

  • Distribución e intensidad homogénea: Asegúrese de que la iluminación llegue de forma relativamente uniforme a todas las bolsas, repisas o frascos de cultivo. Sombras marcadas pueden provocar que en una misma cámara algunas setas crezcan torcidas o más pálidas. Una buena práctica es medir con un luxómetro diferentes puntos de la zona de fructificación para confirmar que todos reciben al menos la intensidad mínima recomendada (ej. >200 lux). Si se usan estantes, se pueden instalar tubos LED bajo cada nivel de estantería para iluminar el nivel inferior. En habitaciones pequeñas, una o dos lámparas fluorescentes en el techo pueden bastar para Pleurotus o Lentinula, pero en salas grandes se requerirá un mallado de varias luces. Una iluminación pareja resulta en lotes de hongos más homogéneos en tamaño y calidad.

  • Control del fotoperiodo: Automatice el ciclo día/noche con temporizadores. Programar las luces para encender y apagar a horas fijas elimina variaciones y descuidos. Como pauta general, inicie con 12 h luz / 12 h oscuridad tras la incubación. Observe la respuesta: si los primordios tardan en aparecer, podría ampliar a 16 h de luz; si por el contrario nota secamiento, reducír a 8–10 h. Ajustes graduales de ±2 horas pueden optimizar resultados según la cepa. Algunos cultivadores avanzados experimentan con fotoperiodos intermitentes (p. ej., 1h encendido, 1h apagado, repetido) para hongos como Cordyceps, ya que ciertas investigaciones sugieren que esta alternancia rápida puede ser efectiva (6). En cualquier caso, mantenga una rutina constante; cambios bruscos o un manejo errático de la luz pueden estresar al cultivo y provocar abortos de primordios.

  • Integración con otros factores ambientales: Recuerde que la luz es solo uno de los desencadenantes de fructificación, junto con la ventilación (CO₂), temperatura y humedad. Asegúrese de sincronizar los cambios: por ejemplo, al exponer a luz para inducir setas, también suele requerirse bajar CO₂ (ventilar) y en algunos casos reducir temperatura. Pleurotus y Cordyceps necesitan descenso de CO₂ simultáneo a la introducción de luz para iniciar primordios. Ganoderma formará astas si hay poca luz incluso con aire fresco, o formará sombreros si hay luz aun con algo de CO₂ –pero idealmente se da luz junto con aireación para reishi. Lentinula requiere su fase de choque frío/humectación antes de la luz. Por tanto, vea la luz como parte de un “paquete de inducción”: luz + aire fresco + condiciones térmicas adecuadas desencadenan conjuntamente la fructificación óptima.

  • Evitar sobrecalentamiento y deshidratación: Las lámparas LED emiten poco calor dirigido, pero en un espacio cerrado muchas luces encendidas pueden elevar ligeramente la temperatura. Monitoree que el clima de la sala no se desvíe de lo óptimo cuando las luces estén encendidas. Además, luz constante sobre los hongos puede incrementar la evaporación local. Es crucial mantener la humedad relativa alta (85–95% según especie) especialmente cuando las luces están encendidas, para que los primordios no se sequen. Si utiliza luces intensas (>1000 lux) cercanas a los hongos, procure que estén suficientemente alejadas o difuminadas. Un signo de luz excesiva/desecación es ver los bordes de las setas secos o el micelio de base retraído. Soluciónelo reduciendo la intensidad o aumentando la humidificación (o colocando una malla difusora entre la luz y el cultivo). En Hericium, preste atención a que las puntas de las espinas no tomen color amarillo temprano –eso indicaría luz demasiado fuerte o ambiente seco.

  • Espectros específicos para objetivos concretos: Aunque la luz blanca funciona bien de forma general, algunos cultivadores avanzados podrían aplicar espectros dirigidos para influir en la composición. Por ejemplo, tras asegurarse el cuajado de primordios, podrían suplementar con LED azules adicionales durante fructificación de shiitake para potenciar la ergotionina o acelerar el cierre del ciclo pmc.ncbi.nlm.nih.gov. O en Cordyceps, usar un porcentaje de LED rojos mezclados con blancos si se busca estimular la formación de primordios más numerosos (según un estudio, la luz roja incrementó el número de primordios en C. militaris aun cuando la azul dio mayor tamaño) arcpe.modares.ac.ir. Estas estrategias requieren equipamiento adicional y monitoreo, por lo que se recomiendan solo tras dominar las condiciones básicas. Siempre compare con un control de luz blanca estándar para evaluar si la modificación realmente añade beneficios en su caso.

  • Aprovechamiento de luz natural: Si el cultivo se realiza en un invernadero o cuarto con alguna fuente de luz natural (ventana, tragaluz), esa iluminación puede contribuir significativamente. La luz natural difusa es excelente calidad (contiene todos los espectros). En zonas con suficiente claridad diurna, podría reducirse las horas de luz artificial suplementaria. Sin embargo, asegúrese de que la intensidad no fluctúe demasiado ni caiga por debajo del umbral requerido en días nublados. Es útil tener un sensor por unos días para conocer cuántos lux entran naturalmente y en qué horario, ajustando la iluminación artificial para complementar (por ejemplo, apagar luces LED en horas de sol alto si igualmente se alcanzan ~500 lux en el interior, ahorrando energía). No obstante, cuidado con la luz solar directa sobre los hongos, ya que puede sobrecalentar y secar; siempre es preferible difundirla (por ejemplo, mediante lona de sombreo 50% en invernadero).

  • Seguridad y consistencia: Asegúrese de aislar bien las instalaciones eléctricas en ambientes húmedos. Use lámparas y cableado con protección. Realice mantenimiento: limpiezas periódicas de tubos o focos (las esporas en suspensión y la humedad pueden ensuciarlos y disminuir la emisión lumínica con el tiempo). Registre las especificaciones de sus fuentes lumínicas (lux inicial a cierta distancia) y reemplace focos LED si nota decremento notable tras años de uso. Aunque los LED tienen larga vida, su intensidad puede decaer un poco luego de decenas de miles de horas. Mantener la consistencia de la luz lote tras lote ayudará a reproducir resultados. Muchos cultivadores exitosos desarrollan un protocolo lumínico propio óptimo (intensidad, fotoperiodo) y luego lo aplican sistemáticamente en cada ciclo de cultivo.

En conclusión, la manipulación de la luz artificial es una herramienta poderosa en la cultivación avanzada de hongos. Cada especie tiene requerimientos particulares, pero todas responden de alguna forma a las condiciones de iluminación. Entender y ajustar estos parámetros permite maximizar la eficiencia (obtener más y mejores hongos en menos tiempo) y modular la calidad (forma, color y contenido bioactivo de las setas). La investigación científica reciente aporta conocimientos finos –como la influencia de distintos espectros en metabolitos– que los productores de vanguardia pueden incorporar para mantener la innovación en sus prácticas. Implementando las recomendaciones aquí descritas, un cultivador podrá lograr fructificaciones más predecibles y optimizadas, beneficiándose del “factor luz” tanto como de otros factores clásicos (temperatura, humedad, nutrición) en el arte y ciencia del cultivo de hongos.

Referencias

  1. Ahmed, M., Abdullah, N., Ahmed, K. U., & Bhuyan, M. H. M. B. (2013). Yield and nutritional composition of oyster mushroom strains newly introduced in Bangladesh. Pesquisa Agropecuária Brasileira, 48(2), 197–202. (Incluye recomendaciones de fotoperiodo 200–640 lux 8–12h para inducción de fructificación en Pleurotus spp.)

  2. Stamets, P. (2000). Growing Gourmet and Medicinal Mushrooms. 3ª ed. Ten Speed Press. (Manual clásico que sugiere ~200 lux 12 h/día para primordios de Pleurotus y 500–1500 lux para fructificación de shiitake, evitando intensidades muy altas que dañen los sombreros.)

  3. Włodarczyk, A., Fijałkowska, A., Jędrejko, K., & Muszyńska, B. (2020). Edible and medicinal mushroom Hericium erinaceus – potential natural material with influence on brain functions. Annals of Agricultural and Environmental Medicine, 27(4), 578–582. (Estudio de cultivo de H. erinaceus con condiciones controladas: 17 °C y ~500 lux 12 h/día, que resultó en fructificaciones exitosas.)

  4. Zhou, X. W., Su, K. Q., & Zhang, Y. M. (2012). Applied modern biotechnology for cultivation of Ganoderma and development of their products. Applied Microbiology and Biotechnology, 93(3), 941–963. (Revisión que indica requerimientos de G. lucidum: óptimo de luz 15 000–50 000 lux para desarrollo de cuerpo fructífero con píleo. Detalla la necesidad de luz para esporulación y calidad del reishi.)

  5. Sudheer, S., Taha, Z., Manickam, S., Ali, A., & Cheng, P. G. (2018). Development of antler-type fruiting bodies of Ganoderma lucidum and determination of its biochemical properties. Fungal Biology, 122(5), 293–301. (Demostró que condiciones de baja ventilación y oscuridad producen formas de “cuerno” con el doble de compuestos fenólicos y antioxidantes que las formas con píleo normal, resaltando cómo la luz y CO₂ afectan morfología y composición en reishi.)

  6. Chao, S. C., Chang, S. L., Lo, H. C., Hsu, W. K., Lin, Y. T., & Hsu, T. H. (2019). Enhanced production of fruiting body and bioactive ingredients of Cordyceps militaris with LED light illumination optimization. Journal of Agricultural Science and Technology, 21(2), 451–462. (Encontró que 1000 lux aceleró la aparición de primordios y maximizó biomasa en C. militaris. También evaluó combinaciones de LED: luz roja aumentó número de primordios, azul aumentó peso de estromas. Sugiere 12–16 h de luz/día para mayor eficiencia.)

  7. Sakamoto, Y. (2018). Influences of environmental factors on fruiting body induction, development and maturation in mushroom-forming fungi. Fungal Biology Reviews, 32(4), 236–248. (Revisión sobre fotobiología de hongos: describe fotoreceptores fúngicos y vías moleculares activadas por luz que son comunes en especies de setas. Explica por qué la luz azul es tan efectiva en inducir fructificación y cómo diferentes hongos comparten mecanismos de respuesta lumínica.)

  8. Nicoletto, C., De Boni, M., Locatelli, S., Sambo, P., Zanin, G., & Pecchia, J. A. (2023). Effect of different LED light wavelengths on production and quality of Pleurotus ostreatus grown on different substrates. Horticulturae, 10(4), 349. (Comparó LEDs azul, rojo, combinación y blanco en cultivo de P. ostreatus. Reportó que la luz azul produjo sombreros más grandes y eventualmente mayores rendimientos en ciertos sustratos, mientras la luz roja sola tendió a alargar estipes. Concluye que la luz afecta la fisiología y contenido nutricional, aunque el peso total puede no cambiar significativamente.)

  9. Zawadzka, A., Janczewska, A., Kobus-Cisowska, J., Dziedziński, M., Siwulski, M., & Stuper-Szablewska, K. (2022). Effect of light conditions on the content of selected active ingredients in anatomical parts of the oyster mushroom (Pleurotus ostreatus L.). PLoS ONE, 17(1), e0262279. (Mostró que setas ostra cultivadas a ~200 lux tenían más riboflavina (B₂) que las cultivadas a menor luz, y que con menos luz aumentaron polifenoles totales. Evidencia cómo la intensidad lumínica modula nutrientes y antioxidantes en Pleurotus.)

  10. Park, M. J., Jang, Y., & Ka, K. H. (2024). Effects of blue light on fruiting body production and ergothioneine content during sawdust cultivation of shiitake (Lentinula edodes). Mycobiology (en prensa). (Encontró que adicionar luz azul durante la fructificación de shiitake incrementó el rendimiento y duplicó el contenido de ergotionina, antioxidante clave, acortando además el ciclo de cultivo. Recomienda luz azul para mejorar calidad en shiitake.)


--------------------------------------

Sobre el autor:

Alejandro Navarrete-Gallegos es Cofundador y Gerente General de MICOSECHA. Con más de una década liderando proyectos en fungicultura profesional, está comprometido con la innovación en el cultivo sostenible de hongos comestibles y medicinales. Su misión es impulsar una agricultura más limpia, eficiente y rentable en Chile y América Latina.

Comentarios


bottom of page